Emilia Pardo Bazán, gran escritora de la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, fue la introductora del naturalismo en España y precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres y el feminismo. Publicó una crónica sobre un intento de violación a una mujer en el año 1901 que puede encontrarse en uno de los ejemplares de la revista La Ilustración Artística.¹
Una crónica consiste en un artículo o noticia sobre un suceso que se comenta amplia y detalladamente en publicaciones periódicas. Lo que aparece en ella puede ser falso, puede estar mal contado, pero no es inventado. Una noticia podemos completarla con datos de fuera, podemos investigar acerca del suceso.
Emilia Pardo Bazán comenta este suceso sin hacer uso de la ficción que a menudo acostumbra a utilizar. Este artículo pertenece a una serie titulada La vida contemporánea, en la cual iba contando los sucesos que ocurrían en aquellos tiempos. El título original Como en las cavernas fue cambiado por el editor moderno que recogió su crónica denominándola Por una justicia que no discrimine.
Dentro de este artículo podemos encontrar
varios segmentos. Empezamos viendo una parte sobre crímenes, en la cual hace
una crítica respecto a los que de verdad interesan y los que no. Expone varios,
entre ellos el de A Coruña, el último ocurrido en Madrid y otro que tuvo lugar
en otra parte de Madrid, en Carabanchel, criticando que se le haya dado más
importancia al último de ellos en lugar de dárselo al segundo, pues como bien
dice, los crímenes de interés no son
aquellos basados en robos por ejemplo, ya que no los considera como
misteriosos.²
Después de esto nos encontramos con
una parte de tesis en la que pretende defender sus ideas. En ella aparece la
historia de una modistilla en la cual utiliza armas de ficción para despertar
el interés del lector pero que no es considerada como tal, pues utiliza materia
real.
La
historia nos habla de una mujer que deseaba y necesitaba trabajar pero no
encontraba dónde hacerlo, pues en aquella época, como bien Isabel II dijo una
vez, una mujer solo podía ser prostituta, estanquera o reina. Esto le lleva a
explicar la realidad social del momento, donde se vendían los bienes escasos
que poseían para conseguir cantidades ínfimas de dinero y así poder alimentar a
la familia. La modistilla camino al suicidio tuvo la desgracia de encontrarse
con dos hombres que tras perseguirla y amordazarla para intentar violarla, no contentos al ver que se escapaba,
intentaron matarla. Tras esto la mujer ya no quería morir, sino vivir para ver
el castigo a sus opresores.
Al final de la crónica podemos ver
cómo Pardo Bazán critica que había cierta benevolencia hacia aquellos hombres por
parte de la gente, pues eran disculpados con excusas absurdas como que, por
ejemplo, estaban borrachos. También se solía decir que la mujer no era tan
honrada como parecía.
La escritora denuncia que la mujer ha
de ser protegida por la ley y la sociedad de igual modo que el resto sin tener
en cuenta su conducta anterior al crimen. A esto es a lo que llama un crimen
misterioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario