viernes, 3 de marzo de 2017

ENTREVISTANDO

POR Y PARA EL ESTILISMO: ADOLFO RODRÍGUEZ


 Viernes por la tarde, sobre las 19:45, el prestigioso Hairstylist Adolfo Rodríguez me recibe en su salón de belleza situado en mi pueblo natal, Luanco. Conduciéndome a la parte superior para tener algo más de intimidad, se nos hace algo rara la situación teniendo en cuenta nuestra cercanía por ser el encargado de poner mi cabello a punto, además de ser el jefe de mi madre. Tras unos minutos colocando la grabadora del Ipad de manera que los secadores de fondo no entorpecieran, me dispongo a comenzar con mi tarea.

-          ¿A qué edad se decidió por esta profesión? – empiezo
-          A partir de los 16 ya quería ser peluquero, pero mi madre al principio no quería. Los profesores le decían que tenía un alto nivel intelectual y que era bueno para una carrera, así que hasta los 18 no pude empezar
-          ¿Por algún referente?
-          No, siempre me gustó mucho el mundo de la moda y de la decoración, pero cuando me puse a valorar vi que la peluquería era mucho más fácil y rápido a la hora de empezar a trabajar.
-          Antes, ¿tenía algún otro tipo de aspiraciones?
-          Desde pequeño he cantado en coros y siempre me gustó mucho la música, pero me frenaba que a pesar de gustarme no me veía capaz de subirme a un escenario yo solo y cantar – me confiesa con un aire nostálgico.
-          ¿Se ha llegado a arrepentir alguna vez de haber escogido esta rama?
-          Nunca, jamás – declara sin dudar ni un segundo.
-          Hoy en día la gente suele asociar la peluquería como un trabajo mediocre al alcance de cualquiera, ¿podría explicar brevemente qué estudios ha cursado para conseguir llegar a ser quien es hoy en día?
-          Realmente tampoco es tan falsa esa explicación, todo está en las aspiraciones que cada uno tenga. Cuando empecé en este mundo no me quise conformar con ser un peluquero más. Lo primero que añadí a mi curriculum fue una titulación de Hairstylist en Londres, que consiste un poco en enfocar el pelo al estilo de la persona. Después hice dos cursos técnicos de Hair Colorista en Alemania, puesto que lo que te enseñan en las academias de peluquería es muy básico. Más adelante, cuando me contrataron para esta empresa, hice el curso de Técnico. Esto sirve para enfocar el mundo de la peluquería al comportamiento químico de todos los productos para el cabello que utilizamos – explica- Luego, más bien por gusto, hice los cursos de Coaching y de Personal Shopper, para enfocarme un poco más en la moda. Y bueno, por último, hice el de Representante de empresa y el de Tricología. Este último consiste en la unión de la medicina con el comportamiento del cabello y con la forma de ser de la persona – especifica ante mi confusión.
-          Sí, por lo que veo está muy preparado – digo entre risas - ¿Hay algo hasta el día de hoy que haya querido hacer y no haya podido?
-          Mi mayor vergüenza es no saber idiomas. Controlo algo de francés pero a nivel muy básico, y de inglés no tengo ni idea. Ahora que soy director técnico internacional, cuando voy a reuniones siempre soy el único que lleva a un traductor.
-          ¿Qué es lo que más le gusta? ¿y lo que menos?
-          Lo que más me gusta es que mis clientes confíen en mí hasta tal punto de tenerme en cuenta incluso para momentos importantes de su vida, que me vean como una persona importante en su vida, no solamente como la persona que les corta el pelo. Lo que menos es la mala educación que tiene mucha gente a la hora de tratar con mis trabajadores.
-          ¿Cuál ha sido su mayor logro?
-          Sin ninguna duda ser director técnico internacional, ya que solo hay uno en España, y el reconocimiento que sé que tengo a nivel nacional.
-          ¿Cuál ha sido su mejor experiencia en el mundo del estilismo?
-          Cuando nos escogieron en Londres como el mejor equipo artístico en elegancia. Fue además la primera vez que conseguí hacer algo por mí mismo. Hasta el momento había trabajado en un equipo que dirigía otra persona, y este equipo lo dirigía yo.
-           A parte de su negocio actual aquí en Luanco, ¿tiene o ha tenido más?
-          Si, tuve otro salón en Gijón, pero lo tuve que cerrar cuando empecé a trabajar como director técnico internacional. No podía llevar a cabo el trabajo aquí, en Gijón y además dirigir a un equipo internacionalmente, me vi en la obligación de decidir.
-          ¿Cuál es su siguiente meta en la vida?
-          Tengo un proyecto en mente que a pesar de ser muy difícil de conseguir me encantaría poder llevar a cabo. Consiste en un salón enorme en el que se realicen diferentes formas de peluquería con atenciones diferenciadas; una zona para gente joven, otra para caballeros, otra para señoras. Además contaría con una zona de música, bebida, prensa.. También tendría una zona en la que poder dedicarse a una persona al 100%, no solamente peinándola, sino también maquillándola, vistiéndola, aconsejándola, ya sabes a lo que me refiero.. – me confesó con un brillo peculiar en los ojos.
-          Ahora para dar algún consejo profesional, ¿cuál cree que son las claves para tener y mantener el pelo sano?
-          Primero alimentación, fundamental, el cabello es la parte del cuerpo que primero sufre la falta de alimentación. La segunda y más difícil es el ritmo de vida que llevamos, qué nivel de estrés tenemos y cuánto descansamos. Lo  ideal son 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y 8 horas para descansar, es decir, no hacer nada que te agobie. Como algo secundario estaría el utilizar mejores o peores productos.
-          A la hora de hacer un trabajo estilístico, como por ejemplo un corte o un trabajo de color, si le piden que les haga lo que más les favorezca, ¿en qué aspectos se basa para decidirlo?
-          Para el color me baso principalmente en el tono de la piel y para el corte en la forma de la cara, pero claro aparte de eso también me tengo que fijar en la parte psicológica del cliente, tengo que entender las necesidades que tiene.
-           ¿Considera que la forma en que una persona lleva el pelo define su estilo o personalidad de algún modo?
-          No, para nada, muchas veces el pelo y la ropa pueden funcionar como identidad, como ocultación o como proyecto de lo que quieres llegar a ser.
-          Y para finalizar, ¿está cansado de trabajar en esto después de tanto tiempo o le sigue llenando tanto como al principio?
-          No, no me llena tanto al principio. La peluquería me encanta, lo que me cansa es  tener que estar continuamente peleando y luchando para conseguir que la gente valore el trabajo que hago.

Tras una larga pero entretenida charla nos despedimos con el mejor de los abrazos agradeciéndole el tiempo invertido e invitándole a leer el resultado final del trabajo. 


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