Azorín (1873-1967) comienza a
escribir en el siglo XIX, cuando ni siquiera existía el cine. Cuando este
aparece no es más que un espectáculo circense, imágenes expuestas en las
calles. Tal y como un arte comienza en el siglo XX, y es entonces cuando
Azorín, en época de guerra, se aficiona al mismo y reúne en El cine y el momento (1953) una serie de artículos sobre este
séptimo arte, siendo el XVIII el dedicado a Gary Cooper por su papel en la
película Solo ante el peligro (1952).
Como bien nos
muestran las alusiones indirectas de Azorín y la comparación del autor de esta
reseña, el sheriff del pueblo, Gary Cooper, muestra varios paralelismos con
nuestro famoso caballero andante, Don Quijote de la Mancha. <<Es
netamente manchego>> es una de las primeras alusiones, utilizando el
sarcasmo, pues sabemos que no nació en Albacete. Tras esto se describe al
protagonista convirtiéndolo en un Quijote perfecto. Pero esto no es todo, por
si fuera poca la similitud, podemos observar que este Western tiene algo de
tragedia clásica: posee un héroe que aunque podría hacerlo sin ninguna
recriminación no huye, sino que se enfrenta al destino, a pesar de saber que no
será lo mejor para él.

Gary Cooper,
ganador del Óscar al mejor actor por este papel, no solamente es conocido por
esta aparición, sino que como bien se menciona en este perfecto ejemplo de
reseña cinematográfica, también se le puede encontrar en películas como Dallas o Temblores lejanos.
Como broche
final enuncia Leopardi, gran intelectual del momento, que “el mundo es una liga
de bribones contra los hombres de bien”, queriendo decirnos con esto que todos
se pondrán siempre de parte del malhechor osado y no del valeroso que le planta
cara.
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